Los ingredientes más comunes de las cremas faciales y corporales son los humectantes, sustancias libres de grasas cuya función primordial es ayudar a conservar adecuado nivel de agua, asimismo, hay infinidad de compuestos que también hacen maravillas por nuestra piel, los cuales a continuación se mencionan:
Aceite de aguacate. Humecta, revitaliza tejidos, retarda el envejecimiento y ayuda a regenerar la elasticidad.
Aceite de nuez de macadamia. Su composición es similar a la de las secreciones sebáceas humanas, y sus ácidos grasos esenciales le confieren acción protectora.
Ácido cítrico. Aclara manchas y pecas, tiene acción astringente y estabiliza la acidez de la piel.
Ácidos grasos. Proporcionan elasticidad al cutis.
Ácido hialurónico. Tiene acción hidratante, regenera la piel, restaura su elasticidad y protege de las agresiones externas.
Ácidos láctico y frutales. Incrementan la calidad de la piel, atenúan manchas ocasionadas por Sol y envejecimiento, suavizan los pliegues, mejoran la elasticidad y firmeza, y remueven la capa superficial de la piel (capa córnea).
Agentes reengrasantes. Compensan pérdidas de grasa inducidas por la higiene habitual.
Alantoína. Acelera la regeneración celular, posee efectos calmantes y sedantes.
Alfahidroxiácidos. Ayudan a eliminar células muertas y, de esta forma, contribuyen a regenerar la piel.
Aloe Vera (Sábila). Posee propiedades hidratantes y suavizantes, expulsa bacterias y depósitos de grasa que tapan los poros, regenera las células y previene el envejecimiento prematuro.
Aminoácidos. Elementos más pequeños de las proteínas que estabilizan al manto ácido de la piel (sirve de barrera contra gérmenes, bacterias y contaminación) e hidratan.
Arbutina. Sustancia despigmentante que evita la formación de melanina y la consecuente aparición de manchas.
B-Glucán. Estimula el mecanismo de autohidratación de la piel.
Bisabolol. Previene la inflamación, relaja la epidermis y proporciona suavidad.
Butilenglicol. Se utiliza como hidratante cutáneo.
Carnosina. Protege contra los efectos nocivos del humo de tabaco y contaminación ambiental.
Centella asiática. Su función es reafirmar la estructura que sujeta al colágeno y elastina en la piel, cuyo debilitamiento favorece la aparición de celulitis.
Cera de abeja. Tiene propiedades emolientes, cicatrizantes y antiinflamatorias.
Ceramidas. Incrementan el nivel de humedad de la piel.
Clorhidrato de aluminio. Disminuye la producción de sudor.
Coenzima Q10. Participa en la formación de fibras de colágeno y los llamados mucopolisacáridos (encargados de mantener a la piel tersa y elástica), disminuye la profundidad de arrugas y protege de la acción negativa de los rayos solares.
Colágeno. Garantiza flexibilidad y tonicidad a la epidermis.
Conservadores. Se incluyen para evitar que la contaminación microbiana altere a los productos cosméticos.
Detergentes. Proporcionan acción limpiadora.
Dexpantenol. Estimula la cicatrización de heridas acelerando la formación celular, posee propiedad hidratante y antiinflamatoria, así como capacidad para fijar agua y almacenarla.
Elastina. Otorga flexibilidad a la piel y resistencia frente al Sol.
Extracto de alga verde. Remineraliza la epidermis y es antiirritante.
Farnesol. Tiene acción antibacteriana.
Filtros solares. Son escudo protector frente a la actividad dañina de los rayos solares.
Fragancia. Enmascara los olores propios de los productos para limpieza y cuidado de la piel.
Glicerina. Mantiene la piel hidratada.
Hamamélide de Virginia. Ejerce acción calmante sobre la epidermis.
Hidroquinona. Atenúa las manchas de la piel.
Liposomas. Protege de los contaminantes ambientales y previene la formación de arrugas y líneas de expresión.
Jalea real. Evita el envejecimiento prematuro.
Manteca de shea. Posee efecto emoliente.
Nanósferas. Partículas esféricas que aportan sustancias nutritivas a la células, como colágeno, elastina o vitaminas.
Palmitato de retinol. Regenera las células.
Polidocanol. Alivia la comezón.
Retinol. Combate arrugas, mejora la textura de la piel y trata acné y manchas.
Sulfato de zinc. Desinfectante suave.
Urea. Alivia la resequedad cutánea, calma la comezón y tiene efecto antibacteriano.
Vitamina A. Previene la formación de arrugas y contrarresta los efectos dañinos del Sol.
Vitamina B1. Disminuye ojeras e inflamación en párpados y retrasa el envejecimiento prematuro.
Vitamina B2. Reduce la secreción de grasa en rostro, con lo cual se previene la aparición de barros, espinillas y puntos negros.
Vitamina B3. Fortalece las fibras capilares, protege al colágeno y vasos sanguíneos, hidrata la piel y bloquea los efectos dañinos de los rayos solares.
Vitamina B5. Regenera y humecta la epidermis.
Vitamina B6. Equilibra la producción de sebo en la piel grasa y previene el brote de barros y espinillas.
Vitamina B8. Suaviza la epidermis y protege de la seborrea (producción excesiva de sebo en cuero cabelludo).
Vitamina C. Devuelve la luminosidad a la piel, mejora su elasticidad, afina su textura, desvanece manchas cutáneas y uniforma su tono.
Vitamina E. Contrarresta el envejecimiento de la epidermis.
Vitamina F. Ayuda a reestablecer la barrera protectora de la piel.
Vitamina H. Estimula la producción natural de ácidos grasos, contribuyendo a dar resplandor al rostro.
Vitamina K. Mejora el aspecto de pieles con zonas enrojecidas.